NO LANCES TU START-UP SIN SABER ANTES COMO CERRARLA

Todos sabemos que lo complicado no es tener ideas e incluso buenas ideas, lo más difícil es llevarlas a la práctica. ¿Por qué algunas personas se lanzan a materializar sus ideas y otras, con aparentemente iguales capacidades y posibilidades, nunca avanzan en la consecución de sus ideas? Dejando de lado otros factores de personalidad, es muy posible que sea por el tratamiento que le dan a las posibilidades de éxito y de fracaso.  Cuando alguien emprende no contempla el fracaso como una opción de igual peso que el éxito. Si lo hiciera muy probablemente nunca emprendiera. Quizá muchos de los que tienen ideas y no emprenden lo hacen porque  atribuyen al fracaso más posibilidades que al éxito.

Eso no significa que los que emprenden no contemplen el fracaso como una opción…esa opción siempre está ahí. Todos los que hemos emprendido la contemplamos, pero pocos la analizan, y muchos menos la preparan. El día a día de un emprendedor es agobiante, caótico y cargado de tareas y siempre orientado por y para tener éxito. Un emprendedor nunca se prepara para gestionar el fracaso. Tirando de estadísticas deberíamos de hacer al revés, porque hay muchas más empresas start-ups que fracasan. La conclusión es clara: todos los que se lanzan e inician una empresa por primera vez deberían de analizar y preparar la opción de la que no quieren ni oír hablar, el cierre de su empresa.

Nuestro caso no fue una excepción. Aprendimos como gestionar el cierre empresarial, sobre la marcha, a contrarreloj y, sobretodo, en nuestro momento más débil, mental y económicamente.  Ahí es nada…

Nuestra start-up no había alcanzado el ansiado break-even, que para nosotros era la independencia financiera. Dependíamos de nuestros socios o bien de nuevos socios que se sumaran al proyecto. El primer indicador que tuvimos y que nos mostraba el camino de un posible cierre fue durante la segunda mitad de 2016. A partir de entonces el dinero disponible no iba dirigido a  crecer sino que era utilizado para afrontar las pérdidas de la empresa. Si no creces mueres: cuando una start-up en vez de crecer lo que hace es aplacar las pérdidas y por ese motivo se queda sin dinero para poder invertir en crecimiento, es muy mala señal. Si esa situación no cambia, el emprendedor en su cuadro de mandos tiene que empezar a plantear como escenario el de un posible cierre.

En nuestro caso durante todo el año 2016 y parte de 2017 se optó por mantener con vida la sociedad a la espera de alguien que pudiera invertir en crecimiento. Visto con perspectiva, todo el mundo que analizaba nuestra gráfica de crecimiento plana, no entraba como inversor. Esos meses de supervivencia no nos permitieron encontrar a nadie, porque la empresa ya no era atractiva, en consecuencia: no crecíamos.

Mentalmente, seguíamos creyendo que encontraríamos a alguien. Habíamos demostrado que sabíamos crecer, nuestros indicadores de negocio a nivel de cliente y operativos eran muy buenos. Además, cuando empezamos habíamos encontrado grandes inversores que confiaban en nosotros y nos permitieron demostrar todo lo anterior…Nuestro único problema era la falta de capital. ¿Por qué no pensar que lo podíamos encontrar?, de hecho tuvimos un par de opciones con socios industriales pero ninguna salió bien, principalmente por las prisas autoimpuestas que son enemigas de este tipo de inversores industriales.

El emprendedor por sus logros tiene tendencia a pensar siempre en positivo y a creer que podrá conseguirlo. Esas grandes virtudes son un freno a la hora de plantear como cerrar.

Para preparar el cierre lo tienes que hacer cuando todavía tienes otras opciones. En nuestro caso no empezamos a preparar el cierre hasta que vimos que era la única opción. En ese momento, se generan diferentes preguntas a las que muy poca gente tiene respuesta. Sobretodo gente de tu entorno. Recordemos que el mundo start-up está montado para tener éxito pero no para saber cómo se cierra una empresa. Cuando empezamos a preparar el cierre nos cuestionamos muchas cosas que desconocíamos.

 

¿Qué tenemos que hacer?

En primer lugar infórmate del proceso de cierre, sus costes de abogados, procuradores, notarios, registro y también sus plazos. El abogado que te acompañe tiene que ser un especialista en derecho concursal y necesitará un tiempo para poder preparar todo el proceso.

Sería interesante en la contabilidad de la empresa guardar dinero para poder hacer frente a todo estos gastos.

Hay que comunicar el hecho de que la empresa no puede afrontar sus pagos cuanto antes. No conviene demorar la comunicación formal al consejo (si existe el órgano) ni la implementación de la figura jurídica del pre-concurso de acreedores. Un administrador responsable tiene que hacerlo en el momento mismo que detecte que no puede pagar.

¿Cuándo hay que hacerlo?

Como marca la ley. Existe un plazo de 2 meses desde que la situación de problemas en el pago a proveedores y/o trabajadores se da para poder declarar el pre-concurso. Una vez en pre-concurso se dispone de un tiempo de 3 meses para intentar conseguir una solución. Si no se consigue, el siguiente paso es el de declarar el concurso de acreedores. También se puede ir directamente al concurso. En el pre-concurso los gestores de la empresa siguen siendo los mismo, una vez entras en concurso el gestor es un administrador concursal. Es importante que en esta situación estudies de manera exhaustiva tus pagos y cobros. Quizá puedes esperar un poquito porque tienes un cobro pendiente que luego te puede ayudar a afrontar mejor el concurso. Protege el capital de la empresa de los recibos que irán entrando en la cuenta de la empresa.

¿Cuánto cuesta?

Dependerá de muchas cosas tanto previas al concurso como en el devenir del mismo, de la deuda, de la facturación, en definitiva de la contabilidad…Aproximadamente, el pre-concurso de acreedores tiene un coste de 1/3 parte del coste de un concurso.

¿Cuánto dura el proceso de principio a fin?

El proceso es muy largo, desde que empieza hasta que acaba. Finaliza cuando el juez califica el concurso. Este proceso puede tardar desde el pre-concurso hasta la declaración del juez, desde 7-8 meses hasta años.

¿Me llevará mucho trabajo?

Realmente si tienes todo documentado y archivado el proceso puede ser fluido. En el concurso de acreedores se analiza absolutamente todo, desde la contabilidad, los pagos a proveedores, a trabajadores, contribuciones de seguridad social, leasings, rentings y todo tipo de inversiones y gastos. Si como emprendedor eres ordenado y lo tienes todo justificado, no hay problema.

¿Qué supone la entrada del administrador concursal?

La entrada del administrador concursal supone el relevo en la gestión de la compañía. A partir de entonces el administrador/emprendedor pierde el control y ya no puede operar como titular de la mercantil.

 

En resumen, el proceso tienes que dominarlo tú y no al revés. Si tenéis alguna duda estamos a vuestra disposición. Aunque la aventura de tu start-up termine en un cierre empresarial, el camino recorrido desde que tu empresa era una idea hasta el cierre forma parte de un gran aprendizaje vital que llevado en positivo te hacer mejor y más fuerte tanto en el plano personal como en el profesional.

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